22 marzo, 2018 Anonimo

Valparaiso

VALPARAISO

Las casitas se descuelgan
desde los cerros,
como arboleda y fruto
en los faldeos,
mirando hacia el mar
presente inquieto.

Abajo están los edificios
entre la niebla;
mientras la ciudad aparece
detrás de la cortina ploma.
Colgado van los troles
allá en el centro,
surgen como sonámbulos
desde el cielo.

El sol en el puerto
pinta de oro,
el metro, las casitas opacas
los rostros de los pescadores.
Las naves se mecen
allá en la rada,
llenando de colores
los veleros,
las gaviotas,
y el agua.
Los albatros cruzan
como aviones cansos,
lanzando al agua
tras del pescado.

En los pequeños botes
van unos pescadores,
en la inmensidad del verde
en el horizonte,
las olas los esconden
muy lejos de la playa.

Valparaíso revive
aquella mañana
y me muestra su cara alegre
que ni soñaba.