Luego cuando el sol empieza a salir en la madrugada comprendo y recuerdo que somos iguales, porque cometimos el mismo pecado, tenemos los mismos ángeles persiguiendonos.
Ya ni siquiera recordamos quienes somos, la paranoia nos persigue y nos coquetea en el oído cada noche antes de sucumbir a la proclamada paz, ¿podrán oler nuestro miedo? ¿Crees que pueden ver en mis ojos mi culpabilidad y mi amor por ti? ¿Podrán oler como me pudro desde dentro?
Ahora mismo, solo podemos sonreir y esperar por el Karma, porque es inevitable, inevitablemente poética, si me iré quiero irme conociéndolo.
Aún así, soy humano y quiero huir de la justicia divina, correré hasta que ella me odie.
El karma se quedará corto cuando vea que mi vida esta hecha a base de mentiras descaradas.
¿Como podría acusarme de ser deshonesta?
Me obligaron a serlo, yo solo le hago surcos a mi tiempo como si lo poseyera.
Como si me perteneciera, pero dejame ser honesto.
Mientras yo respire no soy dueño de nada.
Cuando El karma llegue no tendré vergüenza, porque la vida me obligó a sobrevivir.
Entonces cuando sepa que el tiempo se acabó, y el cuerpo que uso se marchite por fin.
Y mi alma sea libre de mi prisión de carne.
Por fin voy a poder poseer el tiempo.
Y nuestro pecado solo vivirá en tu memoria, Mi amado.