20 octubre, 2023 Pablo Núñez C.

Malén

Sí. Partió su viaje en recovecos de agua y tierra. A fuego fue mostrado su propósito pero olvidado en su vuelo sideral. Solo debes aprender a recordar, que toda esta infinitud de sincronías, mal llamadas casualidades, ya están escritas en el tiempo-destiempo de tu boca.

Solo observa el oráculo del espejo blanco de tu pecho. Ignora esa farsa de futuro que escribes sobre la vida de otros. Es hora que muestres tu luz. Así, para cuando del vapor del huevo verde que hierves en tus manos, nazca la primera gota de lluvia que humedezca mi sien, estaremos en el ultimo pasaje del exilio. Antes de que la forma cobre cuerpo, mente, espíritu.

Quédate quieta, no hables. Ya acá, tu silencio se volverá trueno sagrado, que tomara la forma de auto existencia, en un Aleph en que convergen todos y mueren todos. Aquí donde la luz por primera vez viole la oscuridad, sabrás como seguir el camino que dibujaste hace siglos en esa montaña a mis espaldas, para que tu pelo no te encuentre entonándonos hacia la memoria cósmica del quinto paso. Solo ahí veras el ciclo estelar de tus piernas. Sabrás, ya emborrachar a todos con tu risa de murales, y recordaras tu nombre. El verdadero el que solo darás al que toque el pezón de tu entrepierna. Y en un susurro de viento rítmico, confesaras a Dios el nacimiento de los arboles, las plantas, las nubes, los girasoles. Ahí dormirás perpetua hasta que la noche en su manto azabache te cuente entre sueños que falta tu canto, para resonar en el octavo acorde ese, que sin ti esta incompleto, desde antes y después de estos versos. Solo ahí me buscaras, por que sabes que yo guardo la semilla de todas las aves, por que sabes, que yo se el secreto de tus alas, por que sabes, que ya he muerto infinitas veces en tus ojos. En ese momento renaceré. Me parirás y comerás mi cordón de plata, y arrastraras mi piel por lo senderos, hasta que encuentres el noveno símbolo. La armónica blanca de todos los silencios que enlazara los mundos para obtener ya la anhelada paz de girasoles planetarios. Pero no… no podrás morir ahí.

No aun.

Solo cuando Creas que todo lo que guardas en tu pecho, es manifiesto de galaxias podrás descansar. Solo cuando Creas que en el fondo eres milagro de estrellas, que aportaran belleza a los campos podrás descansar. Por ahora bebamos el agua de la ultima luna, a la espera de nuestro próximo encuentro.

Pablo Núñez C.

Tj - Profe - Audiofilo Pobre - Poeta Retirado - Vegetariano de Closet - Padre Millennial - Cebador - Ex Cinéfilo - A veces me pierdo en recuerdos porque me tartamudea la sinapsis. Cultivo lóbulos frontales que me salen de las orejas a puro pulso, con guantes de piedra y poesía indigente.