30 julio, 2016 navi

La corriente de Humboldt.

Para ti,
que me preguntas
porque soy
como no soy:
Indefinido.

He preferido
tantas veces
que el herido
sea yo,
por eso estoy
tendido
jodido y rodeado
de dolor,
con dos parpados
caídos,
esperando
en mi habitación
al tren retrasado
y oxidado
del amor;
no hay boleto,
ya lo he oído,
pero tambien
he escuchado
el afilado
gruñido esquivo,
el chirrido,
de los vagones gemidos:
Falsos orgasmos
de pura ilusión.
Más espasmos
que pasión.

Casi paro mis latidos;
puros intentos fallidos,
tambien de drogas
me he limpiado
pero siempre reincido.
Casi a todos he leído:
Shakespeare, Parra
y hasta Carlos Garrido;
nunca me han gustado,
pero cuando los leo imagino
tu cara
y sus caminos.
En realidad nunca los he entendido.

Me percato
que aún no acato
que a nada
y menos a nadie
he querido:
Ni a mi mismo
ni a mis mil versiones,
ni a los sismos
de mi cabeza
con todos sus colores:
Grises, negros
y varios tonos marrones.
Ni a mis colecciones
de enemigos,
menos a los que dijeron
en situaciones
ser mis amigos.
Ni a los cisnes
con sus dolorosos latidos,
ni a los padres
con sus hijos vendidos.

Tengo el pucho prohibido
pero sigo fumando;
me prohibí escuchar
a los doctores
si es que siguen
hablando.
En mis sueños
me he perdido,
en sus nubes
de papel prendido
con gas metano,
eso que mapas
se han emitido
con todos los destinos
turísticos marcados:
Varios recuerdos machacados
que incluso me había creído,
cero tino,
ni un sentido
hasta que reconozco
que no conozco
al hombre que he construido:
Un mentiroso,
un loco tosco,
algo Jalisco
(Me da hasta asco)
que se desgarra en mudos
aullidos,
que no sirve ni para amante
ni menos para marido,
que ni siquiera tiene aguante
pese a toda la vida haber bebido.

Pareciera que tuviera
todos los problemas del mundo
pero no me espanto,
para ti me describo,
porque te odio
por amarte tanto,
esperando que te queden
más dudas que certezas,
porque soy un “no sé”
y con mis dedos derribo
los soy y los ser.
Estoy.
Solo estoy.
No voy a mis miedos vencer…

Solo quiero huir de ellos contigo,
hasta desaparecer.

Deja una respuesta