Me gustaría sentir libertad genuina,
Así expresaría lo que aprisiona mi mente,
Daría mi verdad, sería literal,
Pero no es posible
Porque en mi intento de ser libre y volar me agarra por los pies la empatía;
Me detiene como a un perro que se va corriendo olvidando que lleva puesta su correa.
Pienso que nadie es totalmente libre,
Nos paralizan aquellos códigos de respeto que han sido bien pensados para cuidar al resto,
Pero en cierto modo limitan y reducen a suspiros y sollozos
Los lamentos contenidos de un corazón ahogado.