20 octubre, 2023 Soledad Piñeiro

Atrapé un estrella…

Atrapé una estrella!
Atrapaste una estrella? Eso es imposible, me decían…
Atrapé una estrella… no la atrapé, más bien ella quiso bajar aquí conmigo…
Claro sigue siendo una estrella se marcha gran parte del tiempo, pero cuando puedo tengo una estrella…

Estimado Firmamento:
Vivo con una estrella que no brilla…
Está tan acostumbrada a brillar solo por ser estrella, que olvidó que la única constante es el cambio, mi estrella olvidó que existía la posibilidad de no brillar…
“Mañana volveré a brillar, no pasa nada, muchas estrellas dejan de brillar y de pronto brillan nuevamente” me dice mi estrella, segura de que solo es un momento cósmico parte del desarrollo de una estrella en este firmamento.
Pero dime tú firmamento que yo, que sigo las estrellas, ellas vuelven a brillar en lo que canta un grillo, en lo que tarda una noche de tormenta en despejarse, en lo que me dice alarmantemente un rayadito que la tormenta al fin ya pasó, pero mi estrella no brilla y parece no notarlo…
Hoy ha perdido su resplandor, ¿Cómo le digo yo, que el resplandor se obtiene, se gana?, cuando siempre se le fue entregado tan fácil como quien decide que hoy se despertará a ver el amanecer…
Mi estrella no sabe que no brilla… Mi estrella no entiende que brillar solo sirve si estamos aquí abajo observado su brillo, que si no se propone brillar, nadie nunca más la verá y solo me quedará observar su ultimo desplazamiento fugaz en tu firmamento…
¿Cómo le digo a mi estrella que brillar es ahora su prioridad?
Firmamento, ¿Cómo le digo a mi estrella que si brillas tú, brilla ella?…