9 agosto, 2021 Felipe Portilla

Asíntota

Confrontaciónes como luz en sombras o reflejo en oscuridad. Vilmente encasillados o vetados por las diferencias a sus posesiones comunes, esquivas por sus propios orbes o mejor decir, rehusados a la unión por los monstruos imposibles de la razón. Oh mi imposible, astro perecedero platónico, la afición intensa a lo inverosímil, mi eterna asíntota, concedeme 
ser el reflejo nocturno de una luna llena, sobre una costa cubierta por la bruma de libertad. Vivir como el ansiado aire, del suspiro desterrado de un intimó raciocinio. Mostrarme como un camino abierto a la lejanía, en dirección hacia una disconformidad del horizonte de ninguna realidad. Amada asíntota, soy tu oposición, una deformación a lo común o quizas sólo una simple diferencia, quizas si aceptas que solo en la aritmética el dos nace de la suma de iguales, seré mas que un involuntário reflejo. Quizás, seré solo tú anverso, como sombras en luz o oscuridad en reflejos, soy tu diferente pero por esta vez, prolongame en el cosmos de tu anonimato, éxodo o odisea que tolera nuestra disimilitud, el antónimo necesario del paralelo a tu neutralidad, solo dame ese espacio, por esta vez, de ser tu incógnito opuesto, ése que vive entre el deseo secreto a la afonía y la realidad equimera a tu tentar.